18 de junio de 2023
Taxis de Posadas
A las ciudades también se las reconoce por sus taxis y sus taxistas. Amarillos y bien grandes con choferes paquistaníes en Nueva York; blancos con la franja de River en Madrid; negros con el techo amarillo en Buenos Aires. Los de Asunción giran más a la derecha que a la izquierda por el arreglo casero que les hacen con varillas a los usados que traen Japón. Los de Londres no solo son negros: es un modelo único, el TX4, hecho para taxi, que no se vende para auto particular. Son, lejos, los mejores, los más cómodos y distinguibles y los más seguros para los pasajeros y los choferes. Además es fácil subir y bajar. Son fabricados en Coventry por The London Taxi Company, que también los ensambla en Bangkok y en Singapur. No es la única ciudad que usa estos modelos pero sí debe ser la única en la que no hay taxis que no sean TX4.
En Pamplona, la capital de Navarra, los taxis son todos Mercedes-Benz nuevos, blancos, grandes, cómodos y seguros. Le pregunté una vez a uno de ellos cómo hacían. Me contestó que estaban subvencionados por el ayuntamiento de la ciudad, igual que los de Madrid, que también son muy buenos pero de diversas marcas. Y me explicó una vez un taxista de Buenos Aires que me llevó en uno de alta gama y nuevo, que no lo tenía solo por los pasajeros sino porque ese es su lugar de trabajo y su segundo hogar, donde pasa todo el día y es natural que sea agradable y no una pocilga.
Los taxis son un reflejo de la ciudad a la que sirven y cada una tiene los que quiere tener porque es un resorte de la autoridad municipal. La legislación debería tener en cuenta, primero que nada, la seguridad de los pasajeros, pero también la idoneidad y las buenas condiciones de trabajo de los taxistas. Los requerimientos mínimos de modelos de autos, su tamaño, antigüedad, colores que los identifican, la tarifa, la licencia, los exámenes físicos y psíquicos... Pero cuando uno lee la normativa para los taxis de Posadas y después se sube a uno, piensa que debe estar en otra ciudad.
Cantidad de taxis no cumplen con una o varias de las disposiciones establecidas en la normativa. Autos viejos, chicos, desvencijados, sin luz adentro, rotos los sistemas de apertura y cierre de las ventanillas, sin aire acondicionado (que no es obligatorio), con la radio prendida sin contemplaciones... Para colmo se ven por las calles autos –no solo taxis– con parte de la patente tapada (vi uno que la lleva al revés). Y eso sin mencionar los privilegios irritantes, ejercidos por taitas que mandan como si fueran los dueños absolutos del aeropuerto, la terminal de ómnibus o los supermercados.
Los habitantes de Posadas podrían tener mejores taxis, pero sobre todo los merecen los turistas que llegan a la ciudad. Para eso hay que hacer cumplir la normativa, pero también hay que ponerse las pilas con las unidades, para que sean más nuevas, más grandes, más cómodas y con aire acondicionado. Quizá sea una buena idea, además de establecer los modelos adecuados, subvencionar la compra de esas unidades con préstamos accesibles.
Respecto a las plataformas electrónicas –que ahora están igualadas a los taxis y terminarán absorbiendo la industria del remís– sería bueno reglamentarla para todos, así antes de subir a un taxi conocemos la identidad y la reputación del conductor y además lo podemos calificar, que es la gran fortaleza de las aplicaciones. Ya se incorporó la posibilidad de pagar por medios electrónicos, que era una facilidad exclusiva de Uber o Cabify, pero es absolutamente necesaria ya que cada vez andamos con menos efectivo. También deberían tener en cuenta que la ventaja del taxi clásico sobre las plataformas es la posibilidad de levantar la mano y que pare uno, cosa que no ocurre ni en el centro de Posadas: hay que ir a buscarlos a las paradas, que ocupan los mejores espacios de estacionamiento de la ciudad.